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Chile, enero de 2024 - A pesar de los desafíos económicos a nivel global y la desaceleración del financiamiento de la biotecnología, los fondos de capital privado en el sector de la salud están dispuestos a invertir en innovaciones prometedoras para la industria, tales como servicios, productos y soluciones de tecnologías de la información (TI). Así lo revela el nuevo informe global Healthcare Private Equity 2024, que elabora cada año Bain & Company.
El reporte asegura que, si bien las inversiones en biotecnología, herramientas y diagnósticos aumentaron entre 2018 y 2022 con aproximadamente 650 operaciones de compras consumadas en todo el mundo, en 2023 presentó dificultades para crecer. Bajo ese escenario, desde la consultora definieron cuatro tendencias que marcarán un antes y después en la industria de las ciencias biológicas para los próximos años.
En primer lugar, durante 2023 aumentó la comercialización de medicamentos conocidos como agonistas del péptido-1 similar al glucagón (GLP-1), los cuales corresponden a aquellos fármacos utilizados para la diabetes y la pérdida de peso. Marcial Rapela, socio y director de Bain & Company en Chile explica que “se espera un crecimiento en la demanda en la fabricación de terapias GLP-1 y la expansión del ecosistema de apoyo al paciente, por lo que los inversionistas tendrán que evaluar las implicancias para su rentabilidad”.
En un segundo punto se encuentra la complejidad al panorama de inversiones que ha surgido a través de la implementación de las disposiciones de negociación de medicamentos incorporados en la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), normativa que podría afectar a las compañías biofarmacéuticas a nivel mundial, dada la gran contribución del mercado estadounidense a sus ingresos y ganancias.
En este escenario, la consultora indica que los fondos de capital privado en el sector biofarmacéutico han mostrado una tendencia a enfocarse en áreas como servicios y respaldo de tecnologías de la información (TI). Según el reporte, se espera que las empresas ajusten sus estrategias, centrándose, por ejemplo, en moléculas biológicas -como los anticuerpos- y realizando múltiples ensayos clínicos simultáneos para maximizar su uso y aplicación, dada la extensión del período entre la aprobación de la FDA y la negociación de precios. “Puede haber un mayor apetito entre empresas de cualquier tamaño por asociarse con proveedores de capital para apoyar el desarrollo de moléculas prometedoras”, asegura Rapela.
Como tercer elemento clave, desde Bain exponen que las inversiones en consultas de próxima generación, como terapias celulares, génicas y de ARN, están experimentando un crecimiento a largo plazo. La innovación de estas modalidades ha llevado a grandes empresas farmacéuticas y pequeñas compañías biotecnológicas a recurrir a proveedores de servicios externos, beneficiando a organizaciones de desarrollo y fabricación contratadas (CROs, CMOs y CDMOs).
Si bien desde la consultora alertan que las oportunidades de inversión en este espacio son difíciles de encontrar y aprovechar -dado el requisito de encontrar nichos técnicos y capitalizar antes de reducir el riesgo de la modalidad-, aseguran que quienes estén preparados para competir en este aspecto, los beneficios pueden ser enormes.
Finalmente, estaría el creciente interés de fondos de capital privado por invertir en terapias en fase inicial y dispositivos médicos precomerciales, algo que ha sido poco común en los últimos años. Según Bain & Company, la competencia por estos activos está llevando a un aumento en procesos de due diligence técnica y operativos por parte de los fondos.
“Como consecuencia, los inversionistas están obteniendo experiencia de muchas maneras, entre ellas mejorando la cualificación de los equipos técnicos de inversión, adquiriendo fondos más pequeños centrados en las ciencias biológicas, creando vehículos de inversión y colaborando más estrechamente con empresas de servicios profesionales y expertos en operaciones”, puntualiza Rapela.