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Bogotá, 04 de octubre de 2023 – La tercera encuesta anual de Bain & Company sobre energía y recursos renovables a nivel global, reveló que cada vez son más las empresas que están dispuestas a invertir un alto porcentaje de su capital en el desarrollo de la transición energética, a la par que contribuyen con la descarbonización de la atmósfera en sus procesos. Sin embargo, la encuesta también indicó que a pesar de este compromiso, la transición podría verse afectada hasta 2030 por factores como la geopolítica, así como el bajo compromiso de los consumidores a pagar más por servicios más limpios en estos procesos. En ese sentido, los directivos sugieren que, para cumplir con las metas de reducción de carbono y desarrollo de la transición energética, es necesaria la cooperación del sector público, el cual deberá incentivar la inversión en el mediano plazo.
En el informe también se resalta la necesidad de aumentar la inversión a $4.6 billones de dólares anuales para alcanzar la meta trazada de cero emisiones de carbono para 2057. La cifra actualmente destinada para este objetivo es de apenas $1.6 billones y podría verse disminuida con la ralentización de la economía mundial. Por otra parte, la consultora muestra que otro de los mayores obstáculos para la descarbonización del sector energético es, según los encuestados, la lentitud con la cual las entidades gubernamentales aprueban las regulaciones para el inicio de operaciones.
Para Catalina Fajardo, socia de Bain & Company Colombia, “el informe global sobre energía representa una oportunidad de mercado para empresas que se desarrollan en sectores como el de renovables, el digital y el de almacenamiento de energía, en los que podría centrarse el 24% del capital de las empresas del sector, esperando que la demanda de este tipo de artículos aumente progresivamente hasta 2050”.
Por otra parte, los expertos señalan que los directivos de empresas en sectores como el petróleo y el gas, la minería y la agroindustria están en la primera línea de la transición energética. Con ello, buscan incorporar y adaptar sus industrias a las nuevas tendencias, además de ralentizar el declive en el consumo de energías no renovables. Según la encuesta, solo el 4% de los encuestados de estos sectores prevé que podría presentarse una ralentización del sector hidrocarburos en un plazo máximo de 10 años, cifra que se redujo frente al 8% del informe del año anterior. Este aumento en el optimismo de los ejecutivos de este sector es consecuencia de la alta dependencia que aún tienen los países de los combustibles fósiles, así como de las circunstancias geopolíticas entre Ucrania y Rusia.
Finalmente, para Bain la transición energética es un proceso complejo y desafiante, pero es necesario para hacer frente al cambio climático y garantizar la seguridad energética. “Las empresas de energía y recursos naturales desempeñan un papel fundamental en la transición energética, y deben tomar medidas para acelerar el proceso. Este va por buen camino de acuerdo con las metas trazadas en el mediano y largo plazo, pero será posible solo si hay compromisos económicos por parte de las empresas, las entidades gubernamentales y los consumidores finales”, concluyó Fajardo.